El multimillonario británico Richard Branson aterrizó hoy sin contratiempos en Nuevo México, en el suroeste de Estados Unidos, tras pasar unos minutos en la frontera del espacio a bordo de una nave de su empresa Virgin Galactic, un hito para el turismo espacial, informó la Agencia de Noticias Télam.
La nave VSS Unity, que también transportaba a dos pilotos y otros tres pasajeros, aterrizó en una pista de la base aérea Spaceport America, informó la agencia AFP.
«Una experiencia única en la vida», comentó Branson poco antes de volver a la Tierra y convertirse en el primer multimillonario en viajar al espacio en una nave desarrollada por una empresa que él mismo fundó, adelantándose así a Jeff Bezos, que espera conseguir el mismo hito el 20 de julio.
Branson tuvo una misión precisa durante su viaje: probar y evaluar la experiencia que vivirán sus futuros clientes.
Otros multimillonarios ya estuvieron en el espacio en la década de 2000, pero a bordo de cohetes rusos.
Elon Musk, fundador de SpaceX y gran rival de Bezos, estuvo presente en el evento de este domingo para apoyar a Branson.
Tras leves demoras por condiciones meteorológicas, un enorme avión que transportaba la nave espacial realizó un despegue horizontal desde la base Spaceport America.
Y una vez que alcanzó unos 15 kilómetros de altura, la nave se desprendió e inició un ascenso supersónico, hasta superar los 80 km de altitud, el punto establecido en Estados Unidos para la frontera espacial.
Una vez apagado el motor, los pasajeros pudieron desprenderse de sus asientos y flotar durante unos minutos en ingravidez, admirando la curvatura de la Tierra desde una de las 12 ventanas de la cabina.
Tras alcanzar una altitud de unos 90 km, la nave volvió a descender.
El multimillonario de 70 años, fundador del grupo Virgin -cuyas actividades van desde una aerolínea hasta el deporte-, cultivó durante mucho tiempo una imagen impetuosa, con una serie de hazañas deportivas.
«Cuando era niño, quería ir al espacio. Como eso no parecía probable para mi generación, registré el nombre Virgin Galactic, con la idea de crear una empresa que lo hiciera posible», escribió Branson hace unos días.
Un objetivo que estuvo a punto de fracasar en 2014: el accidente en vuelo de una nave de Virgin Galactic provocó la muerte de un piloto y retrasó el programa.
Desde entonces, VSS Unity ya llegó al espacio en tres ocasiones, en 2018 y 2019, con pilotos a bordo e incluso un pasajero en 2019.
La base aérea desde donde despegó el avión el domingo es Spaceport America, construida en el desierto de Nuevo México, a menos de 100 km al norte de la pequeña ciudad de Las Cruces.
Virgin Galactic inició su construcción, financiada en gran medida por este estado del suroeste de Estados Unidos.
La base incluye una pista de más de 3,6 km de longitud y un edificio con espacios dedicados a las operaciones de vuelo, así como a la recepción de futuros clientes.
Virgin Galactic prevé dos vuelos más de prueba, para luego iniciar operaciones comerciales regulares a principios de 2022 y a largo plazo, pretende realizar 400 vuelos al año desde Spaceport America.
Unos 600 boletos ya fueron vendidos a personas de 60 países por un precio de entre 200.000 y 250.000 dólares.
Aunque Branson siga repitiendo que «el espacio es de todos», la aventura sigue estando al alcance de unos pocos privilegiados.
«Cuando regrese (del espacio), anunciaré algo muy emocionante para que más personas puedan convertirse en astronautas», prometió antes del viaje.
La competencia en el sector del turismo espacial, cuyo inminente inicio se viene anunciando desde hace años, se aceleró vertiginosamente este mes: el hombre más rico del mundo, Jeff Bezos, también tiene previsto surcar los cielos el 20 de julio con su propio cohete, bautizado New Shepard y desarrollado por su empresa Blue Origin.
La firma esgrimió el viernes sus méritos frente a los de Virgin Galactic, aunque hoy Bezos le deseó a Branson «un vuelo exitoso» en su cuenta de Instagram.
Fuente: Télam