Carla Gaudensi es la primera mujer al frente de la Federación de Trabajadores de Prensa de la Argentina (FATPREN) desde su creación en 1957.
Esta entidad que reúne a todos los sindicatos de trabajadores de prensa del país, realizó un plenario de delegados, con más de 130 participantes, que aprobó avanzar con la propuesta de crear una tasa del 6% sobre la facturación bruta total de publicidad en las plataformas extranjeras (Google y Facebook entre otros) y destinarlo a retribuir el trabajo periodístico argentino y sostener la pluralidad informativa, entre otras medidas.
Hincha de Racing, oriunda de Avellaneda, Carlita como todavía le dicen algunas personas, puede mirar a quien sea a la cara, con la convicción de tener una trayectoria coherente, en sus dichos y en sus hechos.
Su militancia comenzó en el Pellegrini, siempre cerca de las Madres de Plaza de Mayo. Trabajó y trabaja en la Agencia de Noticias Télam, dónde nunca pasó desapercibida, por su reclamo constante a favor de los derechos de les trabajadores.
Gaudensi, delegada de les trabajadores en Télam y Secretaria de Acción Social del Sipreba, también disfruta de patear la pelota, fuerte y al medio, al arco contrario.
Siempre se dice que a las mujeres les cuesta romper el techo de cristal y acceder a lugares de poder. Y Gaudensi no es la excepción. A tres meses de la realización del Congreso de la FATPREN que la eligió como autoridad, el 9 de diciembre, a horas de retirarse el equipo macrista del Ministerio de Trabajo devaluado a Secretaría, hace lugar a una impugnación a su designación. La movida contra Gaudensi fue gestada por un dirigente de sello sindical que gustaba referenciarla como «esa piba sin trayectoria».
Cambia, todo cambia, cantaba la negra Sosa. Cambió el color del Gobierno, y cambió la FATPREN. El derrame inverso, al menos en el caso de la federación, no empezó ayer.
Paso a paso, no siempre armoniosamente, construyó colectivos con el objetivo de concientizar a les periodistas de su condición de trabajadores de prensa. Una lucha silenciosa, de «hormiga», contra la naturalización de los acuerdos individuales y a favor de los derechos laborales y de la lucha colectiva. Difícil tarea en una actividad con egos inflados.
«El avance de la precarización y la presión que tenemos por la cuestión salarial, hacen imposible que pueda existir libertad de expresión», dice Gaudensi y recuerda que en los cuatro años del gobierno anterior se eliminaron más de 4.500 puestos de trabajo.
«Hay que buscar un marco regulatorio para las nuevas tecnologías con la participación del Estado y del sindicato», sostuvo en diferentes entrevistas, consciente de que sin la participación de les trabajadores, la precarización de la actividad avanzará tanto como sea posible
«Que se cierren medios, que se callen voces, que cada vez haya menos compañeros y compañeras trabajadores de prensa y que la concentración sea cada vez más grande, hace que no se esté garantizando el derecho de la sociedad a estar informada», afirmó.
Feminista y organizada, Gaudensi lleva adelante una dura tarea. Muches de quienes reciben #TelcosMedia habrán tenido con ella reuniones para discutir las condiciones en la que les trabajadores de prensa ejecutan su tarea antes, durante y después de la pandemia.
Y yo, me siento orgullosa de que, como trabajadora de prensa, me represente.