El Ente Nacional de Comunicación difundió el esquema de adecuaciones de precios de los servicios, bajo la consigna de la previsibilidad para todes: empresas y consumidores.
En tiempos en que la «prevención» es cosa cotidiana, la «previsibilidad» no es para desdeñar.
Abril, agosto y diciembre serán los meses en los que se autorizarán incrementos a partir de ahora.
Ahora bien, si las paritarias del sector tienen «revisiones», es de esperar el «estupor» con que las grandes empresas despertaron de la larga siesta que impuso el Gobierno a la fibra más sensible de la industria: precios.
La temática que debería aparecer en alguna revisión (quizás en diciembre, ya pasado el año electoral) sea la «segmentación» para arriba.
Porque si «del laberinto se sale por arriba», como dijo Marechal, de la planchada de los ingresos para las empresas, también se sale diferenciando a quienes son usuarios dignos y residenciales pero con ingresos medios y quienes son usuarios intensivos residenciales y/o corporativos con ingresos que les ubican en el tope de la pirámide.
Hablando de diferenciación, sabemos que se avanzó en la vinculación de las bases de datos, con un protocolo que permita que la Prestación Básica Universal (PBU) llegue a quienes realmente la necesitan.
El esquema difundido por comunicado, tiene sabor a poco, en un mercado complejo y diverso.
Y hablando de comunicados, que suben y bajan, sin cambios reales, y estas cosas, en un día especial como este 7 de junio, no puedo dejar de remarcar la situación de precarización en la que vivimos les periodistas, un mercado de trabajo que muestra que la transformación del empleo y el aliento al emprededorismo tiene una cara sucia.
Sin diferenciar entre monotributistas y trabajadores en relación de dependencia, más del 55% de les trabajadores de prensa de CABA cobra por debajo de los $62.958 que marcan la canasta básica total (CBT) del INDEC
En los diarios, revistas y portales, si se toma como categoría testigo el puesto de “redactor/a”, el 80% gana por debajo de la línea de pobreza.
Más de la mitad de quienes trabajan en prensa escrita y oral tienen dos o más trabajos. Simplemente porque #ElSueldoNoAlcanza
Y entre quienes trabajan como “colaboradores” y “freelance”, el 86% tuvo un ingresos promedio por debajo de la línea de pobreza entre enero y abril 2021.
Podríamos hablar del impacto de este nivel de precarización en el contenido, el mensaje y preguntarnos ¿Qué nivel de análisis tiene alguien que pasa de un trabajo a otro para poder llegar a fin de mes?
Pero eso es tema para otro #ENOFF.
Hasta la semana que viene!
