Con acento cordobés y cumbia, Pablo Carro es diputado nacional y participa en las comisiones de Legislación Laboral; Ciencia,Tecnología e Innovación Productiva; en la de Comunicaciones e Informática y en Libertad de Expresión. O sea.. en las que interesan al sector y su mandato termina (por ahora) en el 2021.
Tiene 54 años, nacido en Capital Federal, tuvo su infancia en Banfield. Es de las últimas promociones que hicieron el servicio militar obligatorio, y a el le tocó Granaderos.
Un dirigente con tantas facetas como detalles pintorescos tiene su historia de vida. Entre los múltiples y diversos trabajos que tuvo, fue programador en lenguaje Basic. Tiene a Agustín Tosco como ejemplo de liderazgo y militancia y en el mundo clown lo conocen como Sulfato.
Sólo en la última semana impulsó proyectos como la suspensión de asignaciones de espectro, otro para que el Enacom explique como definió los 10 municipios primeros del programa +Simple -casualmente todos de gobiernos alineados con el oficialismo- y otro con la lupa sobre el Sistema Federal de Medios Públicos, que prevé en su presupuesto 2019 una pérdida por $3.583.350.468.
Carro terminó su licenciatura en la Universidad Nacional del Córdoba, provincia a la que representa en la Cámara de Diputados.
Cita su CV que obtuvo una Maestría en Comunicación y Cultura Contemporánea y un Master en Ciencia Política en España. Docente universitario y Secretario General de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba, hasta el 2017.
Desde 2014, conduce la CTA de los Trabajadores en la provincia de Córdoba.
En el 2015 se viralizó la cumbia que escribió en sus ratos libres entre su actividad académica, gremial, las guitarreadas con amigos en su casa de Villa Parque Santa Ana y el adiestramiento de perros.
En el 2017 encabezó la lista de candidatos a diputados por el Frente Córdoba Ciudadana, y actualmente, mantiene su trabajo docente en la Cátedra de Política y Comunicación de la Facultad de Comunicación Social de la UNC.