Lo urgente y lo importante no siempre son lo mismo.

En una catástrofe se grita «las mujeres y los niños primero», y es la excepción que confirma la regla.

Hoy lo urgente es que toda la sociedad tenga conectividad, dadas las inequidades expuestas por esta etapa de pandemia, aún en aquellas localidades dónde lentamente vuelven a la presencia física.

Lo importante es que tengas acceso de calidad, tanto para educarte, trabajar o para entretenerte, porque la salud mental, también es importante (Si CABA siempre fue tierra de psicólogos, no quiero imaginar el exceso de demanda que tienen en estos tiempos… y ni pensar en la post pandemia).

Teniendo en claro la diferencia entre conexión de calidad y tarjetas prepagas de datos, recordamos que telefonía móvil e internet no son considerados servicios públicos, como si lo es la telefonía fija.

Ahora, en la urgencia, internet y móviles tienen precios congelados, porque hay que asegurar que la conectividad sea para todes. Congelados a instancias del gobierno y por acuerdo con las grandes telcos.

Salirse hoy de ese esquema, es la peor acción de marketing posible, aún cuando los números no cierren.

Dicho esto, se plantea declarar internet como un derecho humano. La ONU, en su momento la declaró como un derecho básico a ser protegido y desde siempre se debatió sobre si debe o no ser declarado un servicio público. Y como soy más vieja que la mayoría, mi cerebro va más lejos y se pregunta si hay «acceso universal» a internet.

No hace falta responder.

Mientras se debate y discute, de un zoom a un meet, un jitsu o el servicio que deseen, la agenda parlamentaria tiene pendiente aún el tratamiento en Diputados del dictamen de comisión del proyecto de ley de promoción de la economía del conocimiento.

Dicen que dicen que dijeron que un sector político no lo quiere tratar… cuando en realidad ese sector fue el que más impulsó el acuerdo alcanzado en comisiones. Diría que es un buen momento para que les parlamentaries muestren acción por los temas necesarios para reactivar la economía.

A su vez, también en Diputados, el teletrabajo se puso sobre la mesa. Interesantísimas las exposiciones con empresarios preocupados por cuanto pagarán de ART, por teletrabajador; y cómo el «derecho a la desconexión» se convirtió en un tema más relevante que el propio trabajo remoto.

El seguimiento de las presentaciones serias, con datos y estadísticas relevantes, se altera cuando se escucha que hubo empresas que quisieron poner cámaras en las casas de los teletrabajadores. De ahí a los lux saludables, o quien recarga el matafuego.

Mientras abundan las encuestas que dicen que les trabajadores prefieren el teletrabajo, con grandes títulos, para después encontrar en el fino, que teletrabajo si, pero no 24X7.

Es que somos humanos, seres sociales, que necesitamos vernos y abrazarnos.

En definitiva, mientras el ejecutivo se bate a duelo con el virus con poco margen para otra cosa, es hoy el Parlamento el espacio dónde econtraremos los temas relevantes para lo cotidiano, y dónde de a poco se plasma cómo será la nueva economía pospandemia.

Hasta la semana que viene.

Artículo anteriorEdmundo Poggio
Artículo siguienteEEUU dicta nuevas normas sobre Huawei y persisten preocupaciones sobre seguridad
TelcosMedia es para mí la materialización de una idea que me rondaba hace rato, casi desde que dejé de hacer el Telcos, allá lejos y hace tiempo, durante el proceso de desregulación de las telecomunicaciones. La industria atraviesa hoy un momento que en muchos aspectos se parece al de aquellos años. Y yo aquí, con un par de canas más, firme al pié del cañón como testigo privilegiada de un proceso en el que finalmente veremos un mercado que abrirá la competencia de todos contra todos. Y este "momentum" tan especial de la industria, en el que todos los días hay novedades, muchas en ON y muchas más en OFF, es la excusa ideal para este revival telco que está dando forma al TelcosMedia, una aventura en la que espero me acompañen.