Grita el barquillero en la playa (ahora más fuerte que nunca porque hay que ir a la playa con barbijo). Esa es la forma más antigua de llamar la atención de quienes van a gastar en su servicio.
Digamos que la reglamentación de la ley de economía del conocimiento, publicada hoy en el Boletín Oficial, es la promesa cumplida del Gobierno para con las empresas de software, biotecnología, nanotecnlogía…
….ah, qué? …pensaron que hablaba de otra cosa?
La noticia del día es que se reglamentó la ley… si. Pero la que se mantiene resonando desde el viernes, es la reglamentación parcial del DNU 690.
Parcial, porque sólo se reglamentó la prestación de un servicio básico universal que «a ojo de buen cubero» debería llegar a casi 11 millones de personas; y se autorizó un aumento en los servicios del 5% y el 8%, porque lo que sí entendió el Gobierno, es que no es lo mismo la gran empresa, que la PyME y mucho menos la cooperativa.
Que decirles al respecto que no hayan visto, leído, whatsapeado y escrito en el fin de semana.
Que las grandes empresas sabían de la resolución del tema antes del anuncio? Si, lo sabían. Que fue desprolija la difusión del tema? SI, fue muy desprolija. Que un grupo de periodistas que seguimos el sector terminamos yendo de un edificio a otro y pasando de un OFF a un ON en cuestión de minutos? Si, fue claramente una situación que raya el maltrato al profesional.
Que la difusión se centralizó en la masividad de la medida? Y… dame un rato para pensarlo…
Porque los titulares apuntan a la prestación básica que en sus diferentes modalidades podrán tener unos 11 millones de personas de todo el país. O sea… un 25% de la población. Ponele.
De ellos se enfatiza, por la sencillez de la explicación, en el paquete de $200 pesos para telefonía móvil, a los que se pueden sumar $150 para tener 1 Giga de datos; o cargar $18 por día. De acuerdo a las posibilidades del bolsillo más flaco.
Poco se dijo, del inciso B del Anexo IV de la resolución 1467, que versa sobre la prestación básica universal.
Este inciso establece que para la prestación básica de los servicios de TV por suscripción, en los casos que haya posición dominante del prestador, los descuentos a implementar son mayores que en el los casos en que hay competencia.
Si, competencia, esa maravillosa palabra. Y como Argentina es mucho más que CABA y Rosario, la decisión refleja el conocimiento de la existencia de situaciones de posición dominante en determinados servicios y en determinadas geografías.
«Dejen que el mercado compita», se escuchó fuerte y claro durante el fin de semana. Y dónde no hay competencia?
Bueno, acá se ve una mirada sobre el tema.
Como dije al principio: lloren chicos lloren. Porque ahora se abre un nuevo debate, una nueva negociación. Porque al fin y al cabo el mes de enero tiene sólo 30 días, y los aumentos que se autorizaron son para enero.
Si las tarifas de lo servicios que tienen más historia en esto de ser «públicos» se mantienen en el frezeer durante el verano, y ante el panorama de que la economía repuntará fuerte recién para junio próximo, bajar la espuma y sentarse a dialogar sería lo más conveniente, para los consumidores, para las empresas, para los empleos, para los votantes. Para todes.
De hecho, esa parece ser la idea del Enacom…. arrancaron hoy la vuelta con las cooperativas, mañana las PyMEs….y así todo otra vez.
Veremos si esta vez el diálogo llega a los consensos.