Juan Domínguez (*)

La fibra óptica es, en todos los aspectos técnicos relevantes (velocidad, eficiencia energética, costo y confiabilidad), superior a cualquier otra tecnología de transmisión y la base sobre la cual se apoyan la IA y el IoT.

En ese sentido, migrar hacia FTTH dejó de ser una opción para convertirse en una necesidad estratégica, especialmente para empresas y cooperativas que ya cuentan con infraestructura.

Los números son contundentes. En Latinoamérica, apenas el 37% de los usuarios de banda ancha acceden a través de fibra óptica. En Argentina, la cifra baja a un 22%. Es decir, existe un amplio margen de crecimiento, y con él, una ventana de oportunidad que no estará abierta para siempre. Migrar ahora permite capitalizar una tecnología en un momento de madurez, donde los costos se han estabilizado y los beneficios están probados.

El salto a FTTH no es solo técnico, es también económico. Para las cooperativas e ISPs representa la posibilidad de generar una nueva unidad de negocio con un retorno de inversión (ROI) cercano en el tiempo. Y al aprovechar la infraestructura existente, los recursos propios y la experiencia local, el proceso se vuelve más ágil y rentable.

Una red de fibra no solo mejora el presente, sino que sienta las bases para un ecosistema digital que puede transformar comunidades enteras: desde la gestión inteligente de recursos hasta nuevos servicios basados en datos y analítica.

(*) CEO de Tecnored

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