Hernán Verdaguer, es más conocido como Verdaguer «a secas», que por su nombre completo. El sí que es de los que calzan traje…. y a veces hasta corbata. Nada de mostrarse en remera y menos en esta era de las reuniones virtuales.
Hombre de gran humor y mucha calle. Dicen los que lo conocen bien que le encanta viajar y que es «muy familiero».
En lo personal lo he visto enojado, especialmente conmigo, en más de una oportunidad, y aún así nunca, pero nunca, cortó la comunicación. Porque es de esos que valoran a las personas.
Me ocultó información, obvio, como todes. Pero siempre respondió a los llamados. Siempre dio la cara.
Cuenta la leyenda que antes de un encuentro en Mar del Plata, se molestó mucho por un título, que hablaba del monopolio de las telefónicas. Sin embargo al cruzarlo en una gran escalera, no dudó en responder a mi saludo sin mostrar su malestar.
Gestor de relaciones duraderas, cuentan que hasta cruzando el Atlántico, supo sentarse en un bar, sin cita previa, con ejecutivos de empresas con quienes se suponía que estaba en «guerra». Bueno, guerra de telecomunicadores, o sea… discusión, batalla, confrontación temporal, y muchos otros términos y adjetivos que se alejan bastante del concepto literal de la «guerra».
Tampoco crean que es mansa agua de pozo. Cuando hablan de Verdaguer dicen que «mejor no ser objeto o sujeto de su enojo»; porque «cuando se enoja lo hace con fundamentos», aseguran desde su entorno.
«Es simpático, sabe manejar situaciones difíciles» y al mismo tiempo «es un hábil negociador que sabe manejar los tiempos de las reuniones; sabe cuando liderarlas y cuando permanecer callado», marcaron incluso quienes no lo quieren mucho.
Lo que nadie niega, esté en la empresas que esté, del tamaño que sea, o haya pasado por el sector público, ayer y hoy, es que Hernan Verdaguer «Entiende del negocio» y «no pierde el foco de sus objetivos». A las pruebas me remito. Para corroborar esto solo hace falta ver el devenir de las discusiones que promueve… primero desde Clarín con el Gobierno Nacional (sea la gestión que sea) y ahora a cargo de «asuntos regulatorios» del Grupo Telecom.
En su entorno saben de su «intensidad» en el trabajo y hay quienes están convencidos que «nunca descansa». Quizá por eso es que poco me han dicho de sus hobbies.
Sabemos que gusta de la buena mesa, ya sea con unos pulpos o con unas buenas achuras criollas.
En definitiva un tipo que sabe y una de las buenas personas con las que la vida laboral me ha cruzado.