Y sí… tenía que pasar. Tarde o temprano tenía que llegar el momento en que me ponga a escribir sobre Henoch, la única persona que conocí que usaba bipper (ja!…entraron al túnel del tiempo y no se dieron cuenta!). Pero lo usaba aún entrado el siglo XXI.
En rigor, al actual director de Arsat, y siempre profesor, Henoch Aguiar, lo conozco desde los 90, allá cuando junto a Damián Loretti escribían los artículos necesarios para proteger a los usuarios de la oleada privatizadora menemista. Ambos asesoraban al entonces presidente de la comisión de comunicaciones de diputados, el jujeño Quique Paz.
Formó parte de la CNT Comisión Nacional de Telecomunicaciones, luego devenida (1996) en la CNC que más que órgano descentralizado fue el ente más intervenido de la historia conocida por mi, que digamos, algunos vi pasar.
En ese entonces, promovía las cenas conjuntas de los argentos que nos encontrábamos en el exterior, especialmente en Europa dónde disfrutaba moverse como dueño de casa, ese que sabía hasta que hora funcionaban las cocinas, por ejemplo.
En el Gobierno de la Alianza, asume como secretario de Comunicaciones.
En esa Secretaría, a la que llegó para encontrar que faltaban los discos duros de las computadoras, el estilo diplomático de Aguiar fue puesto a prueba una y otra vez. Y aún con algunos magullones, tuvo el placer de anunciar el fin de la exclusividad, los tiempos de la apertura del mercado.
En ese entonces lo llamaba «el Santo» no por su bondad (cuacc!), sino por cómo las empresas de todos los tamaños le «rezaban» de un lado y del otro. Tiempos del «taliban» y de «comisiones de presidentes» (el que tenga memoria… que recuerde)
Henoch exultante contaba que AT&T venía a la Argentina y recuerdo sus discursos sobre el Usuario Rey y el Señor Cliente. Era la época de la teorización del descreme que nunca llegó. Y vaya si habremos discutido en ese tiempo.
Tanto que a fines del 2001, como olvidar que fue el 19 de diciembre del 2001, nos encontramos para almorzar y analizar lo que venía sucediendo en el país en general y en el mercado telcos en particular. Pero fue al salir de ese almuerzo cuando la reacción popular a la locura que vivíamos nos estalló en la cara.
Pasó la Alianza, pasó el gobierno de Duhalde y Henoch volvió al sector privado. Hasta el 2016 cuando esta gestión lo convoca para el directorio de Arsat, desde allí los primeros años trabajó con Silvana Giudici en la recepción de posiciones sobre el marco legal para el sector.
Si, ese proyecto que nunca pasó de borrador, o al menos nunca llegó en forma de proyecto global al Parlamento.
Toda esta historia para contar quién es Henoch Aguiar, a quien la mayoría llama por su nombre de pila. Un tipo que aprendió a tener cintura política, lo que le costó mucho -dicho sea de paso-, que tiene un humor particular, que le encanta hablar sin parar, pero sabe escuchar. Digamos que lo definiría como «persona que aprendió el juego».