Ahí, entre los 54 y los 55 anda Guibert Englebienne, más conocido como Guibert… el de Globant.
El autodenominado rockstar wannabe, es uno de los fundadores de Globant. La start up que arrancó con cuatro socios y dos empleados en una oficina prestada, para en menos de dos meses tener su propio espacio en una de las torres típicas de las grandes corporaciones.
Guibert, nacido en Mar del Plata, según nos dicen algunes, se recibió de Ingeniero en Sistemas en la Universidad Nacional del Centro.
Ahora presidente de Endeavor, se caracterizó siempre por ser un evangelizador sobre las bondades de la cultura emprendedora, algo que mamó y conoció desde chico.
Sus padres fundaron una de las cadenas de artículos para playa más conocidas de la costa atlántica.
Para algunos es el «más teki» del cuarteto de fundadores de Globant, que fue una de las start ups que se inició de entrada con la visión de conquistar mercados externos, por eso asignaron recursos para hacer viajes exploratorios de negocios a Estados Unidos.
Nadie niega que en la economía argentina, en el año 2003, la decisión de fundar una empresa de software era «tirarse al vacío», y de su cultura corporativa Guibert remarcó la importancia del trabajo en equipo, cosa que algunos voceros del entrepreneurship se olvidan de mencionar.
Hablando de empresas, de empleos y de culturas corporativas, Guibert es de los que sostiene que «muchas carreras no van a existir» en el futuro mediato por la incidencia de las tecnologías y por ello alienta a la «capacitación constante»-
«Uno no tiene derecho a que las cosas sigan siendo como en el posado», sostuvo en una entrevista, hace un tiempo atrás.
En lo albores de la pandemia, supo marcar en el grupo de empresarios reunido en el chat «nuestra voz» (armado por Marcos Galperín para sumar apoyo tipo think tank al gobierno anterior); que «Los líderes de negocios estamos juntos para dar batalla a nuestro mayor competidor: el COVID-19. El avance de esta pandemia nos exige actuar con rapidez y tomar medidas que contribuyan a disminuir el ritmo de contagio del virus”.
Mucha agua, o mucho alcohol en gel, pasó debajo del puente.
Extrovertido, coqueto y amante de la vida al aire libre y los deportes extremos, se publicó hace un tiempo sobre Guibert.
A los 27 años tuvo un accidente que lo tuvo al borde de la muerte. En sus palabras, una experiencia que «te cambia la perspectiva».
El «teki», es una «persona muy muy inteligente, que da mucho gusto hablar con él, porque es muy sensible y tiene una cabeza increíble. Se le ocurren cosas mientras vas hablando», indicaron algunes empleades de la empresa.
Aseguran que «tiene mucho sentido del humor» y que «puede estar preocupado, pero nunca lo vi enojado».
Dijo una vez que disfrutaba más los videos de capacitación que ver una película (😱).
Sostiene que una de las razones de la falta de recursos humanos formados es la poca curiosidad de la gente.
Sabemos que es carnívoro y que cada tanto se pone a dieta.
Que es un «disfrutador», le gusta comer, «bailar, divertirse, investigar, conversar».
Eso si… escucha mucho y habla bajito… (eso es de mi cosecha personal).
Cierto es que también hubo quienes consideran que «la va de teki y lo suyo son los negocios»; pero lo cierto es que promueve el uso intensivo de la tecnología.
«Es una persona muy divertida y humana, capaz de vender arena en el desierto», dicen algunes de sus competidores.
Otres recordaron que «fue fundamental en el desarrollo de la App CuidAr por su visión técnica y estratégica, participando todos los primeros días de reuniones de avance mañana y noche y siempre con humor. Cuando nos abrumaban los problemas y los cambios a implementar era el que nos motivaba haciendo hincapié en la gente que podíamos ayudar».
A veces lo cargan porque es un tipo que siempre está «con la cabeza volando; es un soñador-concretador».
Con mucho caminado por nuestra parte, así con la informalidad de siempre, les presentamos a Guibert Englebienne.