
A esta altura de la próxima semana ya tendremos el veredicto, el fallo final del verdadero soberano, que es el pueblo.
Y superada la instancia de elección de representantes legislativos, podremos avanzar en las resoluciones de temas centrales, que requieren de acuerdos de gobernabilidad.
Por ejemplo… servicio público, servicio universal, servicio esencial. Va siendo hora que los actores del mercado y del Gobierno se sinceren y resuelvan las diferencias pendientes.
Al fin y al cabo, mientras tanto, el reloj sigue corriendo y las personas que son las usuarias de los servicios indispensables, al despejarse la brumas de la pandemia, requieren de certezas… incluyendo los precios de los servicios que, más allá de su denominación legal, hoy son esenciales para los consumidores de a pie, en auto, bondi, tren, bicicleta, moto o monopatín.
La declaración de servicio público que se replicó en otras latitudes, podría flexibilizarse, con una segmentación de la base de usuarios para asegurar el derecho al acceso asequible.
Pero mientras tanto, en otro rincón de la región -un rincón bieeeeeen grande-, se puso en marcha el proceso para que antes del 31 de julio del año próximo, haya 5G en las ciudades principales.
Hablo de Brasil, dónde, según el Ministerio de Comunicaciones, la subasta representó 8.530 millones de dólares, de los cuales -si mi portugués no falla- 1.300 millones son los que verdaderamente ingresan al fisco, y otros 561 millones verdes van para la conectividad de las escuelas.
Según publicó Cambio16, ninguna de las empresas oferentes podrá utilizar equipos de Huawei. Alineación y balanceo, le dicen.
Esos compromisos serán en etapas para llegar al 2026 con cobertura de 5G en pueblos de hasta 30.000 habitantes. Dicen también que la licitación incluye recursos para las redes de fibra óptica en la región norte (Programa Amazonia Integrada y Sostenible -PAIS-).
O sea que Uruguay, Brasil y Chile, a su modo, avanzan en la incorporación de esta nueva tecnología, disruptiva porque viene acompañada del despliegue de redes de fibra óptica, soluciones de Inteligencia Artificial (IA); Internet de las Cosas (IOT) y otras modernidades, que cambiarán el mundo que conocemos. Incluso más que una pandemia.
Este nuevo mundo obligará a una nueva convergencia de mercados, con la fusión, unión y coooooooperación entre quienes tienen frecuencias, quienes tienen redes tendidas y quienes supieron armar soluciones para el usuario final.
Y toooodo esto con la premisa de reducir los consumos energéticos, la huella de carbono, la mala hierba y mucho más.
Porque no todo es fierros y cables y cada vez más la agenda del desarrollo sostenible presiona a la industria telco en todo el mundo. Sin ir más lejos…en la reunión de Escocia, GSMA Intelligence presentó un reporte según el cual el 83% de los operadores móviles ven la eficiencia energética como un aspecto de creciente importancia para la transformación de su red a medida que la industria va adoptando el 5G.
Al mismo tiempo el 67% de los operadores espera que sus costos de energía aumentarán durante los próximos tres años, de continuar con las tendencias actuales.
Decir que aumentó el tráfico de internet, es como decir que el sol sale aunque no lo veamos, pero sí es relevante que se señale con preocupación el consumo de energía, porque aterriza el concepto de la nube y nos dice una vez más que los centros de datos, los equipos de telecomunicaciones en tierra, consumen cada vez más energía.
«Adicionalmente, y a medida que las empresas aprovechen servicios avanzados 5G como la partición de red, se hará patente la necesidad de más redes de telecomunicaciones y centros de datos, y por ende más energía», dicen.
Según GSMA Intelligecne, casi el 50% de los operadores encuestados dijo que esperan lograr ahorros de energía del 10% al 20% durante los próximos dos años, a medida que se van desplegando y optimizando soluciones de energía basadas en IA.
El medio mexicano Esemanal publicó que en el «documento técnico presentado por separado por Nokia y GSMA Intelligencie, proyectan que el despliegue de tecnologías móviles y digitales como 5G, 4G, redes privadas y sensores para IoT podrían lograr ahorros de emisiones de carbono en manufactura, edificios, energía y transporte, todos ellos representando alrededor del 80% de las emisiones globales de carbono».
Aseguraron que «el ahorro anual de CO2 en manufactura a partir del despliegue de fábricas inteligentes a gran escala podría ahorrar el equivalente a 28 millones de vuelos de ida y vuelta de Londres a Los Ángeles en un año, mientras que el ahorro de energía derivado del uso generalizado de medidores inteligentes en los hogares, a través de un uso de recursos para cuando realmente se necesitan, sería suficiente para suministrar energía a 97 millones de hogares en un año».
Volker Held, jefe de Marketing de Servicios Gestionados, Servicios de Red y Nube de Nokia, dijo: “Reducir la huella de carbono es un importante desafío para la industria de las telecomunicaciones, dada la tendencia a la alza en el tráfico de Internet y sus implicaciones para el consumo de energía».
«Esta investigación subraya la preocupación compartida de nuestra industria y la variedad de soluciones y servicios en los que Nokia está trabajando con los operadores para abordar esta responsabilidad de manera conjunta», agregó
Tim Hatt, jefe de Investigación y Consultoría de GSMA Intelligence, señaló que «la IA ofrece beneficios claros y tangibles para mejorar la eficiencia energética de las redes de telecomunicaciones y es gran parte de la solución para impulsar redes 5G sustentables».
«Los despliegues tempranos de IA son fundamentales para entrenar algoritmos y optimizar continuamente las operaciones de red y los costos a largo plazo», sostuvo Hatt.
Y así van surgiendo nuevos dilemas a los existentes. Porque si no, para qué preocuparse, no?