El hoy consultor independiente, Edmundo Poggio, es uno de los protagonistas de la evolución del mercado en la Argentina, desde sus distintos puestos en Telecom Argentina, dónde trabajó más de dos décadas.
Mas allá de los puestos y las áreas, muchos coinciden en que junto con Malcorra y Masjoan, es de los que mayor poder ha tenido dentro de la estructura de la telco durante varios años.
En los 90 vivió las batallas por la fija, el negocio que tenía rentabilidad; vio nacer a la móvil y a internet fija y móvil.
Sólo dos líneas para sintetizar una era de negociaciones continuas, de acuerdos y desacuerdos con los Gobiernos, con los usuarios, con los otros operadores y hasta con los nuevos competidores.
No todas fueron victorias. Pero no se puede dudar que el ingeniero en telecomunicaciones puesto a discutir marco regulatorio y políticas, sabía de qué hablaba y marcaba su postura con claridad.
Líder del cuarteto que allá lejos y hace tiempo se fue del NAP de CABASE, haciendo crujir la interconexión de la por entonces joven internet. En ese momento, y aún hoy lo hace, defendió enérgicamente la idea de que las empresas con red y gran caudal de tráfico no podían tener el mismo tratamiento que «los nuevos ISP que alquilaban una oficina y enchufaban un router a la red», planteando un desacuerdo irreconciliable con el modelo de negocios del intercambio de tráfico gratuito entre pares que se había armado en la Cámara.
En otro momento fue la voz del sector en los mercados internacionales para protestar por el congelamiento de las tarifas de la telefonía fija, aún cuando sabía que el negocio florecía en la movilidad e internet.
Lo medios de la época reflejan una frase que lo pinta «El tráfico de Internet no duerme nunca». Era 2004 y Edmundo anunciaba la nueva estrategia de Telecom para los servicios de Internet: con una inversión de USD 30 millones, la operadora podría duplicar la velocidad de sus abonos, para dar 512 kbps por 93 pesos por mes (sí chiques, las conexiones de «banda ancha» antes eran de medio mega).
Sus charlas en on y en off, siempre dejan la sensación de que uno debe estudiar todavía mucho más. No porque se ponga en profesor, actividad que desarrolla profesionalmente, sino porque sus conceptos dejan siempre la sensación de que hay «algo más» que lo que está diciendo.
Inteligente y agudo, pero ante todo práctico. Quienes lo trataron, a un lado y otro del mostrador, destacan que es un hombre de acuerdos y de palabra.
Algunos van más allá de lo profesional y lo describen como un buen tipo, alguien que cultivó siempre las relaciones, aún en contextos de vicisitudes y conflicto, como en momentos en que quedó en medio de la «guerra» por el control de Telecom Argentina, cuando en 2007 Telefónica de España pasó a controlar Telecom Italia, a su vez asociada en la Argentina con el Grupo Werthein.
Fanático de la pesca, dicen los que han compartido esa pasión con él que tiene gran habilidad para ese deporte.
