Así estamos… a punto caramelo para tener esta semana las novedades del acuerdo al que llegarán las autoridades regulatorias con las PyMEs y cooperativas, y quizás, tal vez, con las grandes para el aumento de los precios de febrero.
Digo quizás con las grandes porque, además, esta semana se cumplen los 10 días que el Enacom le dio al Grupo Telecom para que devuelva a los clientes el 15% cobrado de más en enero y aclare el precio real de febrero.
Algunos números que se barajaron en los últimos días hablan de un 7% de incremento, especialmente en lo que a internet fija se refiere.
También tuvimos acceso a un dato relevante para la discusión de precios.
Unas 80.000 personas, sobre el universo de los usuarios de telefonía móvil, internet y TV paga del país, solicitaron la prestación básica universal hasta el momento.
O sea, muy por debajo de los casi 10 millones que estimaban en el Gobierno como universo de beneficiarios cuando se hizo el anuncio.
Algunos factores a considerar al analizar el número
1.- Hay unos 9,2 millones de personas que todavía no saben que pueden acceder a la prestación básica universal.
2.- También puede pasar que ese grupo no sepa CÓMO acceder a la prestación básica universal.
3.- Otra posibilidad es que el uso actual (sin dictado de clases, por ejemplo) haga que el usuario, candidato a la prestación básica universal no vea la necesidad de cambiar el prepago que ya tiene.
Al fin y al cabo, si hay algo en lo que somos flojes les argentines es en el cambio de hábito, y ni que hablar si implica llenar un formulario para defender un nuevo derecho.
Considerando estos factores, hay quienes creen que el Gobierno «exageró» al imponer la PBU; aunque bien sabemos que establecida la PBU, resta que quienes son beneficiarios de la misma hagan sus solicitudes. Si no son tantos, entiendo que las empresas no estarán en problemas por prestar el servicio en esas condiciones.
Lo que es llamativo es que en la industria que más se jacta de la trazabilidad, de la capacidad de segmentar servicios, usuarios, de los datos abiertos, etc., cueste tanto individualizar y segmentar desde las compañías a los clientes que pueden pagar el valor del servicio para asegurar una conectividad básica, quienes pueden pagar un servicio con un aumento de un dígito y quienes pueden pagar los servicios con un incremento acorde a los costos y que permita a las empresas sostener los otros grupos y un nivel de rentabilidad razonable.
Tan razonable como debería ser que los salarios superen en incremento a la inflación, pero AYYYYY…. ¿Quién tiene el «razonometro» más justo?
Sujetos subjetivos.
«Nunca pasó que todo el sector esté molesto con las medidas del Gobierno»…. dicen por ahi… (y yo acallando a mi memoria que me recuerda otro momento de la historia en idénticas circunstancias).
Así cerramos el editorial de hoy, sabiendo que mucho puede ocurrir en la semana que arranca, y en la que esperamos que «la Delfino» salga finalmente del aislamiento.
Hasta la semana que viene!