…la pandemia de Covid, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Y automáticamente agrega… peeeeerooooo… hay que mantener los niveles de cuidado.
O sea…
No será pandemia pero don virus sigue dando vueltas.
Y traigo esto a colación porque pasada la pandemia, como pasa con tantas otras circunstancias extraordinarias, no paramos a reflexionar sobre qué significó, cómo se reaccionó.
Somos sobrevivientes… Si, somos sobrevivientes de una pandemia a la que muchas personas queridas no pudieron sobrellevar.
Una pandemia que estresó la economía global, que desajustó los procedimientos de creación de productos y servicios, que obligó a una revisión de las políticas de salud de los Estados en todos los países.
Los mismos Estados que socorren a la banca cuando entran en crisis, tuvieron que incrementar sus presupuestos para la salud.
Ni hablar de las empresas, que tuvieron que recurrir a los Estados para «sobrevivir» a la pandemia.
Y ahora que salimos de la pandemia, el furor por la inteligencia artificial, y la reinstalación de la idea de que la digitalización imparable eliminará puestos de trabajo en menos de 15 años.
Y los comunicadores de ese mensaje resulta que ya no distinguen entre los trabajos repetitivos y los creativos. Y por caso meten a los periodistas entre los empleos que se van a eliminar.
Claro, eso si consideras que el trabajo periodístico es repetitivo.
Que los artículos de Reuters con los resultados de la bolsa, el precio del petróleo y de los commodities lo haga la inteligencia artificial… no es nuevo.
Pero el periodismo es más que la difusión de datos. Es análisis, es combinación de información, es una visión de lo que sucede, y no sólo datos.
Por lo tanto no es una tarea repetitiva, sino una actividad creativa que requiere de la mirada humana de lo que sucede.
En los últimos días escuché mucho sobre las críticas a quienes nos dedicamos al periodismo, con la certeza de que las notas ya no tienen profundidad, ya no avanzan más allá del título.
Todo tiempo pasado fue mejor, dicen que dicen los mayores.
Y poco se dice sobre la condición en la que se hace periodismo, en estos días.
Por un lado el 80% de los periodistas de la Argentina tiene al menos dos trabajos, por lo cual trabaja entre 12 y 16 horas por día, si es que no tiene que terminar colaboración mientras cena algo al lado de la computadora.
De modo tal que si durante 12 o 16 horas tiene que estar frente a la pantalla, frente al micrófono, frente a cámara, tiene menos tiempo para leer, estudiar, investigar.
Y por otra parte están las empresas periodísticas que ya dejaron el papel o al menos redujeron su uso, y que llamadas a competir en internet se someten a la tiranía del click.
Si hasta le ponen metas de clicks a sus periodistas 😱 !!!
Por eso tanta nota sobre gastronomía y turismo y tanto título catástrofe o de incógnita para obligar a todes a leer la nota.
La pirámide invertida no existe en las notas que justifican su existencia por la acumulación de clicks. El qué, quién, cuándo, dónde, cómo y por qué, ya no está en los primeros tres párrafos. Con suerte están en alguna parte de la nota.
Más allá de que la defensa del periodismo, uso este caso para corroborar que «gracias a Dios, uno no cree lo que oye»… ni lo que lee en internet.
Y que la IA avanzará sin lugar a dudas… pero el periodismo que plasma una visión de lo que sucede, no es una actividad reemplazable.
Asimismo, post pandemia y aunque el tránsito en CABA lo niegue, la mayoría de las empresas implementaron modalidades de teletrabajo, total o parcial.
También se expandieron las empresas de plataformas, con una mejora sustancial, por ejemplo en los servicios de delivery, que si están en alguna zona de una ciudad populosa -por ejemplo CABA- te aseguran envíos en 15 minutos.
Y fundamentalmente se revalorizaron los servicios de comunicaciones.
Esos servicios públicos que todes necesitamos pero que las empresas no quieren identificar como tales.
En fin, de sobreviviente a sobreviviente… Hasta la semana que viene 👋
