Por Alejandro Adamowicz (*)
Durante los últimos meses, el COVID-19 y sus efectos acapararon gran parte de la atención de los medios y las TICs no han sido ajenas a esa agenda. Es que, gracias a los recursos tecnológicos disponibles, muchas actividades han podido sostener su ritmo o al menos amortiguar en buena medida los impactos negativos de la pandemia. En este artículo me gustaría compartir algunas reflexiones enfocándome en el caso argentino.
En primer lugar, me parece destacable la respuesta de los operadores, tanto móviles como fijos, cuyas redes han experimentado crecimientos de tráfico de hasta el 50%, prácticamente sin deterioros del nivel de servicio. Si bien en las primeras semanas de aislamiento había cierta incertidumbre sobre cuánto podría crecer el volumen y cuál sería el comportamiento de la infraestructura, una serie de acciones preventivas y la voluntad manifiesta de cooperación, tanto entre operadores como con ENACOM, permitió despejar rápidamente toda duda. Las redes soportaron el tráfico. Esto no ha sido obra de la casualidad sino resultado de las inversiones realizadas a lo largo de los últimos años tanto por los operadores privados como por ARSAT.
En medio de las desgracias que nos deja el COVID-19, algunas herramientas asoman como las “ganadoras”. En nuestro país, el aumento del uso de soluciones de videoconferencia ha sido impresionante, como lo ha sido a nivel internacional (la aplicación Zoom indica que tiene 300 millones de participantes activos diarios). Si bien en el mundo corporativo, especialmente en las multinacionales, ésta podía ser una práctica habitual, la pandemia disparó su adopción en otros ámbitos. Además de las reuniones sociales, las videollamadas en sus diversas variantes –plataformas propias o software gratuitos/freemium- entraron en el Senado argentino, las sesiones de terapia e incluso algunas provincias como Chubut, La Pampa, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires sumaron la posibilidad de que las escuelas públicas dicten clases sincrónicas mediante videoconferencias grupales. Ciertamente en muchos sectores habrá una caída en el uso después del levantamiento del confinamiento, pero en ámbitos como el de las pymes estas soluciones se convertirán en parte de la nueva normalidad. En una nota similar, también las aplicaciones colaborativas han cobrado protagonismo, viendo crecer hasta 200% la cantidad de usuarios y tráfico.
Siguiendo con las empresas, prácticamente todas han implementado en tiempo récord soluciones de teletrabajo que implican no solamente adaptar procesos, distribuir equipamiento informático y hasta mobiliario en casa de los empleados, sino también despliegues de Redes Privadas Virtuales (VPNs), soluciones de seguridad y autenticación robustas. Aquí las plataformas Cloud juegan un rol fundamental ya que otorgan la flexibilidad y escalabilidad necesarias para absorber crecimientos de tres dígitos en cuestión de días, algo muy difícil de lograr con infraestructura basada en servidores propios dedicados.
El e-commerce en todas sus formas es otro de los beneficiados. De acuerdo con datos de la CACE (Cámara Argentina de Comercio Electrónico), las ventas online de supermercados crecieron un 300%; los artículos de farmacia, un 60%; y los insumos de computación, un 50%.
En el plano del ocio, además de las videollamadas, el entretenimiento digital es otro de los rubros de mayor crecimiento. De acuerdo a diversas estadísticas publicadas, el consumo de streaming casi se duplicó desde principios de marzo. Por otro lado, la necesidad de entretenimiento y de conexión social también benefició a las empresas de gaming, con cerca de un 70% de crecimiento en el país. Es importante mencionar nuevamente aquí el rol de las redes y su capacidad para absorber la cantidad de tráfico que ambos tipos de entretenimiento generan.
Oportunidades de la transformación digital
El COVID-19 ha puesto en evidencia una de las grandes asignaturas pendientes de nuestra región: la baja bancarización de la población, lo que ha hecho difícil para el sector más vulnerable el acceso a ayudas económicas sin poner en riesgo la salud. De acuerdo con el Banco Central de la República Argentina, el 80% de los adultos con una cuenta bancaria pero solo el 48% la utiliza. Uno de los factores a mejorar es el de los puntos de acceso, donde Argentina está rezagada respecto a los países vecinos. La base instalada de smartphones provee una plataforma inmejorable para el despliegue de soluciones de e-banking y mobile money, ayudando a estas personas a mejorar el acceso a productos financieros, crédito y el comercio electrónico. En nuestro país, de acuerdo a nuestro reporte La Economía Móvil en América Latina y el Caribe 2019, la penetración de smartphones supera el 60% de la población y crecerá hasta casi el 80% en 5 años, con lo cual el fomento y educación de la población en el uso de soluciones de e-banking, mobile money y billeteras electrónicas (todas soluciones ya disponibles hoy en día) ayudará a la inclusión financiera.
El impulso que ha recibido el e-commerce, como estrategia de supervivencia particularmente de las pequeñas y medianas empresas dejará un legado de transformación muy importante. Las pymes representan cerca del 50% del PBI y generan casi un 70% de los empleos del sector privado. Sin embargo, solo una cuarta parte del volumen de ventas es digital mientras, que en Estados Unidos está cerca del 70%. Las deficiencias en la logística y seguridad en el pago son los principales factores a mejorar para que el comercio electrónico logre finalmente masificarse, ayudando a las pequeñas empresas a contar con un poderoso canal de comercialización que les permitirá ganar competitividad.
Finalmente, a nivel mundial, el 5G desempeñará un papel importante en la recuperación económica de la crisis del COVID-19. Si bien algunos planes de lanzamiento en nuestra región se verán afectados por la pandemia, estimo que en los próximos años veremos los primeros lanzamientos de esta nueva generación que promete revolucionar la industria la producción y el comercio. Varias de las aplicaciones de 5G son específicas para industrias clave en la economía nacional como agricultura, la minería o el petróleo. Los incrementos de productividad de algunos de los factores de producción pueden superar el 30% con el uso de 5G. Las empresas deberán innovar y cambiar la forma en que operan para recuperarse y superar los desafíos creados por la pandemia, y es preciso considerar al 5G como una herramienta clave para dar un salto de competitividad.
*Es Regional Technology and Strategic Engagement Director, Latin America, GSMA