La subdirectora de Proyectos Especiales del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), Natalia Vinelli, y el coordinador de Democratización y Pluralismo, Mariano Suárez, destacaron los programas de ese organismo en los que «la agenda de los de abajo» fue tomada por el Estado para garantizar el derecho a internet de sectores sociales a los que el «mercado no había logrado dar ningún tipo de respuesta», un balance que retoman en la reciente publicación «Los Desconectados».
«Nosotros cuando decimos ‘Tierra, Techo, Trabajo y conectividad’ es porque hay necesidades que surgen en los territorios y que si logran ser parte de la agenda del Estado, es porque esa articulación, entre esas organizaciones y el Estado, existe. Eso es lo que queríamos dejar planteado en el libro: cuando la agenda de los de abajo está en el Estado, se pueden hacer todas estas cosas», destacó Vinelli en una entrevista con la Agencia de Noticias Télam.
La subdirectora de Proyectos Especiales dejó plasmada esta idea en el libro «Los Desconectados», que coordinó junto a Suárez, a modo de balance de algunos de los programas del Enacom como Barrios Populares y Roberto Arias, que se vienen implementando desde 2020 y 2021, respectivamente, para garantizar el acceso a Internet en barrios populares, parajes rurales y comunidades indígenas.
Cuando Vinelli y Suárez fueron designados en el Enacom, en marzo de 2020, la pandemia de coronavirus obligaba a los países a dictar medidas de distanciamiento social y ponía en evidencia la falta de conectividad en sectores sociales de bajos recursos o lejanos a las redes de conexión, concentradas en las grandes ciudades.
Sobre ese momento, Suárez consideró, en diálogo con Télam, que la pandemia demostró que «hoy en día internet es necesario para ejercer otros derechos» pero que también «es un derecho en sí mismo», que, comparó, «equivale a la prestación de un servicio público de otra época».
«Llegamos con el compromiso de trabajar para que esos barrios populares sin conectividad o con conectividad deficiente pudieran acceder a Internet de calidad, y por eso también el programa de Internet Barrios Populares pone el acento en el despliegue de fibra óptica», remarcó Vinelli, integrante del Frente Patria Grande.
El programa Barrios Populares abrió la convocatoria para la presentación de proyectos en septiembre de 2020, con el fin de llevar conectividad a la red domiciliaria pero garantizando el acceso libre en espacios de uso público, mientras se admitía la conformación de redes comunitarias de Internet con la participación de organizaciones sociales.
«Lo que ocurría en los barrios populares era que el mercado no había logrado dar ningún tipo de respuesta, muchas veces a las empresas no les interesaba participar y entonces se abrieron los proyectos a organizaciones civiles, cooperativas, organizaciones en el territorio», rememoró Suárez, que destacó que en ese momento recibieron «mucha crítica del sector privado», pero que sin embargo esos otros actores «tenían el mismo derecho que cualquier otro de convertirse en licenciatario».
Vinelli valoró la «devolución social» que contempla el programa porque el beneficiario, que es «financiado 100% por el Enacom» para el despliegue de la red, tiene la «obligación de generar espacios públicos bonificados para la comunidad y colocar estaciones tecnológicas en los barrios, para que nadie quede excluido».
Estos proyectos están financiados por el Fondo Fiduciario del Servicio Universal (Ffsu), creado con la Ley Argentina Digital en 2014, y que administra la Enacom mediante el aporte del 1% de la facturación bruta de los prestadores de servicios de telecomunicación.
«Cuando llegó esta gestión del Enacom se encontró con una cuenta de fideicomiso en el Banco Nación de 13 mil o 14 mil millones de pesos, que en ese momento no se usaban», recordó Suárez sobre la administración del expresidente Mauricio Macri, y destacó que la «gran decisión política» de las actuales autoridades del ente fue «dejar de subejecutar ese fondo».
Al cierre de la publicación de «Los Desconectados», en mayo de 2023, los datos marcaban que los mil millones iniciales destinados al programa Barrios Populares ya se habían incrementado a 12 mil millones.
En la charla con Télam, Vinelli destacó que ya están asignados «5 mil millones más» para llevar adelante obras en más de 1000 barrios populares, de los 5.687 existentes.
Actualmente hay más de 40 licencias otorgadas a organizaciones sociales y, dentro de estas, hay seis que ya cuentan con financiamiento.
Entre ellas se destacan las redes comunitarias de la asociación civil «El Hormiguero» en Villa Soldati; de la organización social «La Poderosa» y la asociación mutual «Carlos Mugica» que gestiona la radio La Ranchada en Córdoba, entre otras.
Sobre esos proyectos, Vinelli evaluó que «la mayor parte de las redes comunitarias han tenido un nivel de inserción en su comunidad a través de canales o radios comunitarias» y remarcó que son actores «ya reconocidos» en el territorio.
En el 2021, el Enacom también lanzó el programa Roberto Arias, focalizado en el desarrollo de redes comunitarias de Internet en comunidades rurales y en pueblos indígenas.
«Barrios Populares tiene otra masividad, otro presupuesto, otras exigencias técnicas, financieras, administrativas, y a veces son muy difíciles de cumplir en las zonas rurales», destacó Suárez, que también es periodista y abogado, sobre la necesidad de generar este proyecto.
«A mí lo que siempre me resultó ordenador dentro de la tarea que tenemos en el Enacom es la devolución frente a estos actores sociales. Para mí todo el trabajo tenía que ver con eso: había un afuera, que para mí es el afuera que manda», reflexionó Vinelli, fundadora del medio comunitario Barricada TV.
La funcionaria señaló que «las más de 1000 obras en barrios populares son un punto de partida» pero, en lo pendiente, «todavía hay un 80% de barrios con problemas de Internet que hay que seguir atendiendo».
Sobre el texto publicado, Suárez confió que convocaron a los actores sociales involucrados en la política pública y académicos para que «no fuera solamente un informe de gestión» y manifestó que también querían que se «señalaran las limitaciones y las deficiencias que tienen los programas para ir mejorándolos con el tiempo».
«Los Desconectados» cuenta con el prólogo de Juan Grabois y capítulos escritos por María Soledad Segura, Anna Valeria Prato y Bianca Nadina de Toni; Larisa Kejval, Diego de Charras y Nicolás Baccaro; Diego Rossi; Esteban Lopardo; Nicolás Petrungaro y Marina Rupar, e integrantes de la red comunitaria «Atalaya Sur».
Fuente: Télam