
El fondo, pero el Fondo de Servicio Universal (FSU) , el viejo y querido fondo que supimos conseguir, y que se implementó en Argentina al mismo tiempo que se abría el mercado a la competencia.
Y sí, expliquemos a les millennials y subsiguientes que hubo una década en que las telecomunicaciones estuvieron en manos privadas pero con exclusividad.
Recién al cierre del siglo pasado se redactaron las normas para asegurar en el mercado local la competencia.
Entre las normas que se fijaron entonces, una de ellas fue el fondo de servicio universal, al cual debían aportar las empresas del sector (las entrantes y las existentes).
Dicho FSU tuvo siempre por objetivo financiar los proyectos que aseguren achicar la brecha digital.
De hecho, en la reglamentación del FSU se previó que la definición de dónde invertir esos recursos debía estar en manos de un consejo en el cual participaran tanto empresas como representantes de los consumidores.
Bueno… eso no salió muy bien.
Del dicho al hecho hubo un largo trecho…
Que ahora se expande por la intervención del ente que regula al sector, donde ya no tienen participación ni los representantes de las fuerzas políticas parlamentarias, y mucho menos las entidades que representan a les usuaries y consumidores.
Los últimos destinos conocidos del FSU fueron Arsat como varias SAPEM, y una que otra cooperativa.
Parte de esos recursos se utilizaron, por ejemplo, para dar conectividad en barrios vulnerables de todo el país, algunos se terminaron, otros no. Pero como todo proyecto en materia de telecomunicaciones nunca termina de autofinanciarse porque les usuaries y consumidores insisten en hacer un uso intensivo de la infraestructura de internet.
Gente jodida que quiere educarse, trabajar y hasta entretenerse (hace falta que agregue un je je).
Incluso, hubo un tiempo en que las grandes empresas, proponían proyectos no para financiar con el FSU, sino como reemplazo del aporte del 1% de la facturación.
Ahora, el Gobierno Nacional disolvió el Fondo de Servicio Universal, amparado por la Ley Bases, y determinó que las empresas deben seguir depositando los pesucos en la misma cuenta bancaria, mientras la definición de los destinos quedará en manos de alguna oficina del Gobierno.
Siguiendo en el proceso de adaptación, veremos como termina esta situación, ya judicializada por una de las compañías del sector.
Mientras tanto, y ya enmarcados en el 2025, muches preparan los petates para partir rumbo a Barcelona, para participar del Mobile.
Obviamente, este año el eje del encuentro será la IA y cómo cambia nuestras vidas, aunque no quieras.
Robótica, 5g y 6G, servicios satelitales a full y, si te descuidás, te suben a un cohete para llevarte desde Córdoba a China pasando por la estratósfera, como dijo un ex presidente argentino.
El futuro ya es presente, y en el horizonte se ve el objetivo de una sociedad mundial tecno-conectada.
Por lo pronto, por acá recordemos que hay cientos de parajes y localidades de menos de 50.000 habitantes que esperan la llegada de soluciones de conectividad que sean permanentes y no sólo por una campaña.
Dicho esto, les digo…
Hasta la semana que viene 👋🏼.