El teléfono móvil es una herramienta básica para «romper el círculo vicioso que genera pobreza», y empoderar a las mujeres rurales que representan el 40% de la fuerza laboral del agro en América Latina, afirmó la directora para América Latina y el Caribe del Fondo Internacional para el desarrollo Agrícola (FIDA), Rossana Polastri, en declaraciones consignadas por la Agencia de Noticias Télam.
«En el mundo en desarrollo las mujeres representan un 40% del trabajo rural, pero carecen de apoyo», marcó Polastri, quien agregó que «las oportunidades a las que pueden acceder las mujeres rurales bien conectadas son mayúsculas y no podemos dejar que queden atrás en estos procesos de digitalización».
En el marco de una actividad organizada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) Polastri expuso junto a representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y los ministros de Agricultura de Barbados y Brasil.
«La pandemia nos enseña que un teléfono celular nos da la posibilidad de hacer casi todo», dijo el director del IICA, Manuel Otero, y sostuvo que la conexión vía móvil es «una condición indispensable y prioritaria para promover el desarrollo de la vida social y comunitaria».
Agregó que «la conectividad contribuye a la transparencia de los precios en la cadena productiva, al arraigo, a romper el círculo vicioso que genera pobreza, y termina en la migración». Otero alentó a «posicionar al sector agropecuario como eje de la producción post pandemia», y llamó a «poner el foco en la conectividad» y a «invertir» para conectar a las 70 millones de mujeres rurales de la región.
Por su parte el gerente del área social del BID, Marcelo Cabrol, recordó que «de los 35 millones de empleos que se han perdido a raíz de la pandemia, el 60% han sido mujeres», y aseguró que «empoderándolas con la capacidad de resolución digital creamos una agenda con futuro».
Contribuir a revertir la desigualdad que enfrentan las mujeres rurales y facilitar acceso a la tecnología a quienes se dedican a la producción agrícola son dos de los principales desafíos asumidos por el IICA.
Fuente: Télam