Según Freire, “un entorno controlado permitirá probar enfoques regulatorios y normativos de forma segura y supervisada”. También dijo que “la iniciativa permitirá a la agencia evaluar, en escenarios reales, cómo los diferentes modelos de gobernanza pueden contribuir a la transparencia, la rendición de cuentas y la confiabilidad de los sistemas de IA aplicados al sector”.
Para el asesor, “Anatel ha estructurado su gobernanza de la Inteligencia Artificial con base en un enfoque experimentalista, reconociendo que la regulación de esta tecnología requiere aprendizaje continuo y adaptación dinámica”. La creación del IA.Lab, destinado a la investigación y experimentación en IA dentro de la estructura de Anatel, “ha sido un espacio fundamental para fomentar reflexiones sobre los desafíos regulatorios e institucionales de esta nueva frontera tecnológica”, afirmó.
La reevaluación de las regulaciones afecta al sector de las telecomunicaciones ante la posibilidad de utilizar Inteligencia Artificial en toda la cadena de valor de prestación de servicios, con la Consulta Pública prevista para el 1er semestre de 2026, entre los proyectos incluidos en la Agenda Regulatoria 2025-2026 de Anatel.
Regulatron
Uno de los usos actuales de las tecnologías de IA por parte de la Agencia es Regulatron, una herramienta de inteligencia artificial diseñada para automatizar la recopilación, el procesamiento, la visualización y el análisis cuantitativo y cualitativo de anuncios de equipos de telecomunicaciones no certificados publicados en plataformas en línea.
Según Freire, Regulatron, desarrollado a partir de servidores propios de Anatel, no sólo acelera la identificación de irregularidades, sino que también genera conocimientos sobre patrones de comercialización y redes de distribución de estos equipos.
Entornos regulatorios experimentales
En su discurso, Freire defendió los entornos regulatorios experimentales como impulsores de la innovación, la mejora de las políticas públicas y las capacidades para aportes efectivos a la transformación digital del sector de las telecomunicaciones. Según él, este enfoque regulatorio es fundamental para fortalecer la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de la ONU.
Los entornos regulatorios experimentales, denominados por la agencia reguladora como sandboxes regulatorios, tienen entre sus grandes beneficios “estimular la innovación en el mercado”. Para Freire, señalan “un entorno favorable para el desarrollo de nuevas soluciones, lo que permitirá probarlas y mejorarlas antes de una adopción más amplia”.
El asesor fue responsable de las tres propuestas de sandbox regulatorios aprobadas por el Consejo de Administración de Anatel, el “Uso de Repetidores SMP y Amplificadores de Señal (telefonía móvil) por parte de los ayuntamientos para ampliar la cobertura de ese servicio”; “Provisión de Telefonía Móvil SMP vía satélite (Direct-to-Device – D2D)”; y “Uso de equipos de radiocomunicaciones de radiación restringida del tipo emisor-sensor de escaneo corporal para aplicaciones de seguridad en entornos cerrados”.
Finalmente, Freire afirmó que “para que un modelo regulatorio experimental sea adecuado para Brasil, es fundamental considerar las desigualdades existentes y buscar formas efectivas de abordarlas”.
