Ahora sí, designación formal mediante, podemos decir que la ingeniera Anabel Cisneros es la primera mujer que integra el directorio de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima Arsat.
Ingeniera de profesión, estudió allí en Río Cuarto, donde dicen que nació. Y de dónde mantiene varias amistades que hoy la ven brillar.
Cisneros ya pasó por la gestión pública.
Fue directora de Relaciones Institucionales de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (Aftic), el organismo que anuló Mauricio Macri a poco de asumir su mandato para unirlo a la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), también disuelto para crear el Enacom.
Sobre ella se escucha decir que «es madre y es muy trabajadora», otres dicen que «en Aftic fue muy dura» y también que «sabe del tema, es muy bueno que esté en Arsat».
«Estilo muy femenino, siempre bien vestida y combinada», dicen también.
Algunos agregan que es «excelente jugadora de bádminton» (sepan mis queridos lectores que tuve que buscar como se escribía este tradicional deporte tan british), aunque esto sale de una de esas fuentes que mejor chequear tres veces.
Sabemos que entre Aftic y Arsat, Cisneros se dedicó a la consultoría y que fue la representante del capítulo argentino de Internet Society.
Meses atrás presentó en la Comisión de Comunicaciones e Informática de la Cámara de Diputados su visión sobre la situación del espectro radioeléctrico argentino, tema del que también habló con TelcosMedia hace poco.
«Auténticamente cordobesa», la definió un ex compañero de trabajo. Dejamos a criterio de cada quien la interpretación de estas últimas palabras.