Así como lo ves, Alejandro Prince o Alx, es un porteño de ley, nacido en Floresta, que podría definirse como el estereotipo del «self made man».
Un muchacho tímido, alicaído, sin ambiciones… No, claramente no estamos hablando de la misma persona.
Alx Prince, el verborrágico, el tipo que se construyó a si mismo y que impone su marca donde quiera que vaya. Ese sí es Alejandro Princie.
Algunes lo conocerán por sus múltiples actividades académicas, otres por su siempre abierta disposición a hablar con los medios y otres por su actividad profesional (considérese aquí todas las actividades por fuera de lo académico).
Prince es de esas mentes brillantes, capaz de dar una charla de 40 minutos (si le ponen freno) con una sola «filmina», y creo que su cerebro debe tener algún superchip incrustado para poder almacenar la cantidad de datos que arroja en cada conversación que tenemos.
Seguro que ya les contó la razón del dragón verde del logo de la consultora (en tiempos de Prince&Cooke). Para quienes no lo sepan tiene que ver con los antepasados sajones de Alx.
Lo cierto es que en su trayectoria, UADE, UB, Liceo militar General San Martín, OEA (e.goverment), Eseade (doctorado en economía) y con solo verlo en acción cuando da una charla alcanza para darse cuenta de que Prince es, esencialmente, un tipo inquieto.
Cuando lo conocí, lo primero que me llamo la atención fue su preocupación por la imagen, la estética, nunca pálido, siempre bronceado… a veces demasiado bronceado.. y su naturalidad -sin filtro- para decir lo que piensa.
Políticamente se definió alguna vez como un liberal auténtico, «no de los neoliberales» y prolijo para manejar como ha destacado en más de una oportunidad «a mi me enseñaron a manejar con normas, nunca salirse del carril».
Ya entonces en los 90 supe de sus dos placeres máximos, viajar y comer. que pueden estar o no combinados, porque cuando Prince viaja, no lo hace solo para conocer los alrededores del hotel en que se aloja.
«Alejandro es la mejor agencia de viajes», aseguran quienes lo acompañaron en alguna oportunidad. No solo porque calcula que hacer en cada segundo del viaje, meticulosamente, sino porque «antes de viajar estudia la cultura del lugar, entonces llegas y te cuenta todo lo que sabe».
Otra característica del chico de floresta: generosidad. y esto va de mi parte. Es de las pocas personas que conozco que hace carne lo que dice. Si lleva un par de décadas hablando de la importancia de distribuir el conocimiento, de convencernos a todes de lo relevante que es compartir información para generar nuevas acciones (y no hablo de las stocks) es porque él lo hace. Y nunca deja de mencionar a quienes considera sus amigos.
También es pragmático, obvio. Él, que vive en las comodidades que ha sabido ganar, te dice sin dudarlo que «hay que producir cosas de 2 pesos». O digamos que alguna vez me lo ha dicho, no por ser barato sino porque te asegura vender mucho…
Cuando arrancó la cuarentena y todes estábamos pendientes de que pasaba con la infraestructura y cuándo se caía internet para todes en la Argentina, me dijo: «¿y si nos preocupamos por la cantidad de camas de terapia, cantidad de respiradores, o de que no te corten la luz?». Pragmático.
Alguna vez dijo que sabe hacer sushi, y sus cenas de amigos son comentadas muy halagadoramente, porque no solo gusta de los buenos platos sino que Prince se compromete en la cocina con sus propias manos.
«Es un estudioso»; «buen tipo «; «tiene una profunda ética profesional»; son algunas de las descripciones que me han hecho de Prince en la última semana. Pero la mejor fue «es un disfrutón»; porque creo que refleja al Prince de este siglo, un Prince que disfruta cada paso, que analiza, estudia y disfruta bailar el ritmo que suene.
Un gran tipo, un maestro…caro, pero el mejor.. dicen sus clientes…
