
El Instituto de Economía (INECO) de la UADE presentó el estudio «Software argentino: del despegue exportador a los obstáculos para la competitividad». Del resumen ejecutivo del estudio llevado adelante por el centro de investigación dirigido por el economista Fausto Spotorno, surge que las exportaciones de software y servicios informáticos (SSI) de Argentina crecieron 8 veces entre 2006-2024, alcanzando USD 2.810 millones en 2024 (tasa anual 12,49%).
Asimismo, el informe destaca los siguientes hallazgos:
• Pese a la importancia estratégica y al potencial del país, en 2023 el desempeño del país en la balanza de exportaciones mundiales es muy bajo: Argentina tuvo solo 0,27% del comercio mundial de SSI (puesto 38), con caída desde un pico de 0,59% en 2011.
• Los mercados clave para las exportaciones argentinas son: 1. EE.UU. (12%), 2. China (7,5%), 3. Brasil (5,8%), 4. India (5,7%) y 5. Japón (5,4%).
• Nuestra balanza comercial muestra déficit con la mayoría de los principales socios (EE. UU., India e Irlanda) y solo tenemos superávit con Japón, Australia y Colombia.
• Las SSI tuvieron un crecimiento global (13,9% anual 2017-2022) superior al argentino (4,4%), en gran medida a causa de restricciones cambiarias y falta de políticas favorables.
• La industria SSI es un pilar clave de la economía argentina, generando empleo y divisas incluso en contextos adversos, gracias a su alta capacidad de exportación y bajo costo marginal. Puede ser potenciada a partir de algunas acciones indispensables:
* Reforma tributaria: alícuotas reducidas para regalías y licencias de software.
* Nuevos convenios de doble imposición con socios estratégicos.
* Fortalecimiento de la Ley de Economía del Conocimiento y estabilidad normativa.
* Reorientación educativa hacia competencias “agua arriba” (IA, ciencia de datos, algoritmos).
* Sistema de trazabilidad digital para mejorar la fiscalización de exportaciones.
* Políticas para repatriar facturación y propiedad intelectual
• A nivel mundial, es un sector que exige reorientar el capital humano hacia la innovación y el desarrollo tecnológico para mantener la competitividad en un mercado global sofisticado y, por supuesto, la Argentina no es ajena a este contexto.
Por otro lado, el estudio plantea las razones por las que Argentina no crece al mismo ritmo que otros países, destacando que «La brecha de competitividad de Argentina en el sector SSI se ha profundizado significativamente en los últimos años. Entre 2011 y 2017, las exportaciones globales de servicios crecieron a una tasa del 7,3% anual, superando casi en dos puntos porcentuales el desempeño argentino (5,4%). Esta diferencia se amplió fuertemente entre 2017 y 2022, cuando el crecimiento mundial alcanzó el 13,9% anual mientras Argentina registraba apenas un 4,4%, generando una brecha de casi diez puntos porcentuales. Este rezago creciente evidencia la pérdida de dinamismo relativo del sector frente a la expansión global de la economía digital».
Asimismo, destaca que «la situación del sector SSI argentino se ha visto afectada por una combinación de factores internos y externos que han limitado su competitividad. A nivel nacional, la brecha cambiaria creciente y las restricciones en el mercado de cambios han dificultado tanto el ingreso como la negociación de divisas generadas por exportaciones de servicios. Paralelamente, los países líderes del sector —como Irlanda, China, India y Estados Unidos— han incrementado su ventaja competitiva mediante rápidos avances en tecnologías informáticas y marcos regulatorios favorables, impulsando tanto el desarrollo interno como la proyección internacional de sus industrias de software».
«El caso de Irlanda ilustra claramente estas dinámicas. Como primer exportador mundial de SSI en 2023, con el 22,9% de las exportaciones globales, su posición dominante se explica por décadas de políticas fiscales estratégicas que atrajeron a grandes tecnológicas —como Amazon, Apple, Google, Meta y Microsoft—. Algunas empresas registraban en territorio irlandés ventas globales desproporcionadas respecto a su dotación local de personal, mientras mantenían sus centros de innovación en Estados Unidos. Esta práctica, conocida como BEPS (Base Erosion and Profit Shifting), se ha moderado gradualmente desde 2010 debido a las iniciativas de la OCDE y los acuerdos internacionales sobre imposición mínima global, pero ha consolidado a Irlanda como hub tecnológico mundial. En contraste, Argentina ocupa el puesto 38 con apenas 0,3% de participación global, ubicándose por debajo de Brasil (puesto 28) aunque por encima de Costa Rica (puesto 42) y Uruguay (puesto 47)», finaliza el reporte.









